Pedro Armendáriz Jr. (México DF, 1940) es uno de los actores más conocidos del cine mejicano e iberoamericano. Intérprete de más de 240 papeles en las pantallas a lo largo de 45 años de carrera. Arquitecto, hijo de la gran estrella del cine mejicano de los treinta, Pedro Armendáriz y de la actriz Carmelita Bohr, ha ejercido una notable influencia en la cinematografía de su país, como actor internacional de carácter, como productor y como presidente de la Academia Mexicana de la Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), hasta hace unas semanas, a la que su gestión salvó del cierre al que se veía abocada, por problemas económicos y falta de apoyos gubernamentales.
Intérprete desde 1965, es a finales de los años setenta cuando Armendáriz empieza a elegir papeles de mayor calado y a abrir su propia veta en la filmografía nacional. En esa década hace 58 papeles, en otras tantas producciones en cine y televisión en Méjico y EEEUU, hasta trabajar en films de gran repercusión como "La pasión según Berenice" (Jaime Humberto Hermosillo, 1976), "La casta divina" (Julián Pastor, 1977) y "Cadena perpetua" (Arturo Ripstein, 1979).
Durante los siguientes años centra su carrera en la aparición en todo tipo de papeles en series y películas de Estados Unidos, como “Vacaciones en el Mar”, “Remington Steele” o “007 Licencia para matar” (John Glenn, 1989). Son los años en que se renueva, en ese cine, el arquetipo del mejicano, del hispano, que ya no es un latin lover o un hambriento y débil bandido. Pedro Armendáriz Jr. interpreta papeles de malos fuertes, poderosos, sin corazón, que se lo ponen difícil a los blancos del norte hasta que son derrotados. Son también los años en que la violencia asociada a la ilegalización de las drogas empieza a sembrar, en Méjico y Estados Unidos, las calles de cadáveres y el comercio paraestatal de estas sustancias encumbra rápidamente grandes fortunas y nuevos políticos.
La edad, como pasó con figuras de nuestro cine como Francisco Rabal, ha acrecentado los matices de este actor. De ese modo en los últimos años ha dejado una huella más marcada con películas como “La ley de Herodes” (Luis Estrada, 1999), “Antes de que Anochezca” (Julian Schnabel, 2000), “A propósito de Buñuel” (José Luis López-Linares y Javier Rioyo, 2000), “Su alteza serenísima” (Felipe Cazals, 2000), “El crimen del Padre Amaro” (Carlos Carrera, 2002) o “Once upon a time in Mexico” (Robert Rodriguez, 2003).
José Ramón Otero Roko
Publicado en la Revista CineArte 16 (Octubre de 2010)